sábado, 29 de junio de 2013

Recomiendo a padres

Este es un libro que les recomiendo a padres para que disfruten junto con sus hijos pequeños


Viaje compartido

Esta es la historia de Sofía, alumna que viaja todo lo días, desde el  kilómetro catorce camino Villarrica-Freire, para poder ir al colegio. Ella una niña despierta,  alegre, llena de interrogantes de la vida, que pronto va a cumplir sus hermosos siete años de vida, entre nosotros.
La pequeña, cada mañana, se levanta muy de madrugada junto a sus hermanos,  para disponerse a viajar  el trayecto desde casa  a su escuela. Como es habitual se ubicar en el asiento  trasero del auto de su padre, en una silla de transporte de menores, lo cual hace que su primera decisión mañanera sea la de regañar por el uso de este aparato. –Papá, soy grande, ¿hasta cuándo me tengo que sentar en esta silla?. El padre que no transa con el tema de la seguridad, responde – cuando seas mayor, no tendrás que usarla.  Para la niña esta respuesta no es la que espera y se siente molesta, expresando una mueca, un tanto divertida.
Esta mañana en particular, Sofía, está enojada y se niega a sentarse nuevamente allí, con lo cual provoca el enojo de su madre, quien la ubica en la silla, sin mediar palabra alguna. Como es habitual se inicia la marcha, dejando su casa atrás, para incorporarse en un camino de ripio, con muchos hoyos, desniveles y  posas de agua por doquier. – ¿cuándo arreglaran el camino? comenta el padre, lo hace sin esperar respuesta alguna pero esta vez, la niña le dice –cuando yo sea grande, papá. La sonrisa se produce instantáneamente en el interior del auto, todos los integrantes se ríen a carcajada. Él buscando apoyo en su esposa, la mira, -creo que esta vez tienes la razón hija mía.
En ese preciso instante se cruza, en el camino de ripio, una liebre orejas puntiagudas,  zigzaguea delante del auto, el  padre acelera, -¡No padre, grita la pequeña, deja que siga su camino, ese animalito tiene hijitos, no lo atropelle. El auto desvía su dirección permitiendo que ese inofensivo animal apresures sus larga patas, saltando por el aire para alejarse del camino, escondiéndose entre los matorrales, el conductor ha obedecido la orden de su hija, con la mayor prontitud, continuando su marcha.
Después de dos kilómetros avanzados, ingresan a la carretera cinco sur, que se dirige a Villarrica. La intersección del camino vecinal con la calle de asfalto, se deja sentir, pues ya no hay saltos del auto, no más giros bruscos y la recta que se inicia es una bendición, tanto para la vista como para el cuerpo.
Los rallos del sol, han comenzado tenuemente a hacerse presente, en este paraíso de la naturaleza, el color intenso del amanecer llega de improviso, dejándose ver una franja rojiza en el horizonte. – ¡mira, mira el sol está saliendo, le puedes tomar una fotografía, mami por favor! La madre, que lleva siempre en su cartera la cámara fotográfica, ágilmente se dispone a bajar el vidrio de la puesta del auto, para ubicar su lente, a la espera de una buena toma.
Dos minutos más tarde, la misma petición hace la niña, ella puede divisar las primeras imágenes del volcán Villarrica, éste imponente macizo, puede verse desde varios kilómetros a la redonda, pero la mejor vista, es a esa hora de la mañana y en plena subida de Chucauco, ya que la pendiente se inicia bastante abajo, con lo cual al llegar a su mayor nivel, se encuentra una escena grandiosa, el volcán se puede ser entre las dos líneas de árboles que separar la carretera. Es en ese momento que la magnificencia de nuestro entorno se proyecta hasta le retina de los ojos de los pasajeros, lo que quedan inmersos en esa imagen de postales y de grandes promociones de publicidad.
Ese momento lo viven todos los días,  hoy en particular es más bello, porque el cielo está despejado, la salida del sol ha traído consigo  la luz, que recarga las energías cada mañana,  y con convicción de que un nuevo día trae, nuevas emociones  y vivencias, este grupo familiar se deleita con  la sensación de estar en el lugar indicado y en el momento que nace el nuevo día.
El viaje continua, cada uno de los pasajeros, se ha nutrido con la energía del cosmos, de la madre tierra y la  naturaleza que les rodea, donde los árboles, que los conducen en su trayecto, les acompañan, irradiando su poder natural sobre aquellos que transitan por los caminos, en cada instante.
-Hemos llegado, indica el padre ya  pueden bajar, -que tengan un buen día y nos vemos por la tarde. Esa son las últimas palabras  que escucha a diario la pequeña, al momento de ingresar por la gran puerta de su escuela, mañana será lo mismo y el siguiente día también.


Caos

Caos, caos, todo es conmoción
Correr lo más rápido posible
Esta cerca la temible
Concreta y resuelta
Llamada del supremo
Ir, ir a paso presuroso.

A un paso de llegar
Corre, no te detengas
La meta esta próxima
Y nadie te impedirá llegar
Tu espíritu ha llegado
Sólo falta llegues tú.

Nada y todo a la vez
Siempre estamos cerca
Y a su vez sentimos lejanía
No alcanzas a buscar la línea
Cuando ésta te ha atrapado
Sin desearlo te lleva
Sin saber para dónde vas.

Calma tu ser primeramente
Para que te encuentres
Con tu espiritad
Llegando juntos a la meta
Encontraras a tus seres queridos
Conmoción a tu llegada.